sábado, 20 de febrero de 2016

¿COCINA O KITCHENETTE? (1)





     Señores Constructores, tengo que reconocer que ustedes se las ven negras cuando del diseño de la Cocina se trata.

     Todos sabemos que si se decide adquirir un departamento, el hombre- como jefe del Hogar- siempre se queda con la última palabra. O sea: Sí, querida. Sí, cariño. Lo que tú digas. Lo que te guste.  Y la mujer- quien es la verdadera Jefa del Hogar, al menos para estos menesteres- no pierde oportunidad de ser milimétricamente exigente. ¡No lo sabré yo, que soy mujer como ellas! Verdad que mis preferencias son muy austeras, mas no me negarán que, con el invento peruano de las "remodelaciones a bien futuro" (1), las posibilidades de lograr que todo vaya con nuestro gusto se multiplican al mil por ciento. Y aquí entre nos, ¿por qué desperdiciarlas???

   Y la Cocina suele ser caballito de batalla o manzana de la discordia a la hora de comprar el inmueble.

   
    En el post DEPARTAMENTOS QUE PAREZCAN CASAS (1) hice puntual descripción de cómo eran las viviendas de mis tiempos idos, es decir las que se construyeron gracias el Boom Inmobiliario de los años 70, por el que se urbanizaron las viejas haciendas ubicadas en lo que hoy es Monterrico y San Borja. En esa época los ambientes estaban claramente definidos: Hall de recepción, Sala, Comedor, Dormitorios, Baños de Hombres y de Mujeres, Baño de Visita, Cocina, Lavandería, Cuarto y Baño de Servicio, Jardín y Terraza.  La integración de ambientes era sencillamente impensable. Sin embargo, poco a poco empezó a calar el concepto. ¿Cómo fue que ocurrió?

    Simple: La televisión ayudó mucho- y sigue ayudando demasiado- para que los peruanos imitáramos la moda norteamericana.  Series televisivas como "El Show de Dick Van Dyke", "Hechizada", "Mi Bella Genio" y otras- que representaban la vida típica del estadounidense de clase media- empezaron a mostrar tal paradigma. Así tenemos que en el departamento de Rob y Laura y en la casa la de Darrin y Samantha hay una inmensa Sala-Comedor , y en la Cocina del Mayor Nelson se ubica la lavadora automática que Jeannie hace funcionar con un parpadeo.(2)  Dada nuestra innata tendencia a copiar lo foráneo, presumo que si en Lima demoramos tanto en asumir el esquema americano fue porque en esa época utilizábamos kerosene para preparar los alimentos. Es lógico que por esta circunstancia la Cocina  no pudiera ser considerada motivo de orgullo, menos con el humo y el hollín haciendo de las suyas en techos y paredes.  La cocina eléctrica fue un invento muy posterior. Y la de gas despertaba desconfianza, pues no eran pocos los accidentes que se registraban, casi inexistentes al día de hoy.  Los de mi generación recordamos con cariño este fogón. ¡Y conste que este modelo es más moderno! :




    El avance tecnológico motivó que, a principios de los 70, el concepto de la Cocina Impresentable diera un vuelco radical. Las viejas vitrinas y alacenas fueron reemplazadas por reposteros altos y bajos que incluso se fabricaron con madera fina (el melamine no existía).  Y gracias a las lavadoras automáticas  la idea de la Cocina-Lavandería hizo su aparición.  Una de las mejores amigas de mi madre fue la pionera en nuestro barrio: Parque Bella Luz y Parque César Vallejo. Pero los patios con tendal continuaban.  Y a nadie se le habría ocurrido colocar el lavabo de ropa casi junto al de los platos, como hogaño se estila. De manera que me atrevo a afirmar que la primera integración de la Cocina fue con la Lavandería. La Sala-Comedor simplemente se entendió como un gran espacio sin puertas, donde el Ama de Casa pudiera distribuir y decorar a su gusto.  Con todo, la Cocina seguía aparte. 

     
      Ahora bien, con la inmensa demanda de vivienda en Lima debido al aumento de la población, es natural que los Constructores hayan diseñado departamentos más pequeños y , por ende, se hayan visto obligados a integrar ciertos ambientes. Los peruanos nos adaptamos a todo y nuestros avispados Arquitectos no son la excepción, con mayor razón cuando en los barrios residenciales de Monterrico, San Borja, Miraflores y San Isidro, nuestros mayores empezaron a vender sus viejas casas para convertirlas en edificios, dando comienzo al Boom Inmobiliario que ahora se está extendiendo a los sectores C y D.  Entonces -y ya de manera abierta- se estableció el concepto de Cocina Integrada o Kitchenette, el cual tiene su encanto, pero que trae graves inconvenientes cuando ciertos considerandos no son tomados en cuenta. Todavía son muchos los reacios a integrar la Cocina a la Sala-Comedor y honestamente debo reconocer que me cuento en este grupo,  por estas simples razones:


    1. Vista desagradable:  Nada más chocante al entrar en un departamento que abrir la puerta de la calle y , en perspectiva, apreciar el fregadero con la ruma de ollas y platos sucios al costado y los secadores empapados colgando de la pared o bien de la manija del horno, así como  recrearnos con las cebollas, las papas, los camotes y los plátanos que el Ama de Casa ha colocado en las rejillas verticales...de material plástico.





     Por desgracia, la escena de la foto - tomada de Depositphotos- es de todos los días. Sería imposible que no fuera así.


    2. Malos olores:  Todos amamos el cebiche, el pollo al horno y los frijoles con seco, a no dudarlo. Y lo hermoso es que cuando el cebiche huele a cebiche, el pollo a pollo y los frijoles a frijoles, es porque la comida está precisamente a punto.  ¿Pero es dable que tales aromas se sientan indefectiblemente en los muebles y en las cortinas o estores de la Sala-Comedor???





      Tomemos en cuenta que , aún con la campana extractora, si la cocina eléctrica o a gas está ubicada frente al área social, los olores se esparcirán sin remedio, con mayor razón cuando en dicho Kitchenette no hay siquiera una ventana de pivot que permita la circulación del aire.


    3. Mesadas sin espacio para sentarse: No sé ustedes, pero yo no puedo ponerme ingerir nada en postura de letra S.  Los diz que bancos ergonómicos no solucionan el problema, antes bien lo aumentan, ya que por añadidura ni siquiera tienen respaldar.  Los comensales, para no acabar con la columna hecha paté, no tendrán más remedio que o bien tomar los alimentos en forma apresurada o sencillamente acabarlos en otro ambiente, con lo cual esa mesada terminará siendo inútil al menos para sentarse a comer. El diseño de abajo, por ejemplo, a mi parecer es precioso, pero acusa dicho defecto:



 
 


  4. Muebles altos para microondas: Créanme, señores Constructores, que ESTO NO LO ENTENDERÉ JAMÁS.  ¿A santo de qué colocar dicho mueble fuera del alcance normal de nuestras manos???   ¡No quiero ni imaginar si la leche caliente le cae encima a un miembro de la Familia!   Con todo respeto, lo que se ve en la imagen de abajo me parece un horror:




 
   ¿Será que - en nuestro afán de imitar a los gringos- hemos olvidado que nuestra estatura promedio es a lo más de 1.65m , mientras que la de ellos es de 1.75m a más? ¡Debe ser!


    5.  Porcelanato resbaladizo en el piso: No dudo que da caché y hasta una apariencia de gusto exquisito. El problema está en que puede provocar resbalones y consecuentes accidentes caseros, amén de tener que pasarle trapo húmedo cada cinco minutos, ya que lo ensucia hasta el aire.  Al final y por cansancio se descuidará la limpieza, con el consecuente desmedro de la higiene y el decoro:




    No discuto que es una delicia que los pisos parezcan espejos, como en la foto. Pero ya sabemos que a la hora de la verdad, no lucirán así. Y en la imagen de arriba tenemos el bendito microondas colocado en mueble alto, para variar.

   ¡Accidentes caseros garantizados!!!


   6.  Kitchenette y Lavandería en un mismo ambiente:  Las desventajas de no dar un espacio propio a Lavandería las expuse detalladamente el artículo La Lavandería no es un plus. Pero ahora deseo mostrar in situ el efecto del descalabro que es el Kitchenette- Lavandería al menos en nuestro contexto. Primero: La secadora de ropa no es de uso común por ser cara y generar gran consumo de energía eléctrica. Segundo: Hay prendas que se malograrían secándolas artificialmente. Tercero: No es nuestra costumbre ni nos sobra el dinero para botar la ropa, como literalmente hacen en EEUU. Asumiendo la realidad de las cosas, no queda sino reconocer que sí o sí se instalarán tendales plegables o de cordel en la Lavandería.  Y por mucho desenfado que se pueda ostentar, es un hecho que NO ES ESTA LA VISTA QUE DESEAMOS OFRECER DESDE LA SALA DE NUESTRA CASA:








      Y menos esta:




   
    ¿Ahora se entiende por qué es  difícil vender inmuebles con Kitchenette-Lavandería, peor todavía si tienen un área de más de 90 m2?


   Señores Constructores, urge tomar medidas.  La Cocina puede ser preciosa y tener acabados exquisitos. Pero el hecho es que, incluso en los departamentos pequeños y en los loft, HAY QUE PRESERVAR UN MÍNIMO DE INTIMIDAD, QUE PERMITA AL AMA DE CASA COCINAR EN PAZ Y SIN TEMOR A LAS VISITAS INESPERADAS.  Es cuestión de echar a volar el ingenio que a vuestros Arquitectos les sobra.

     Y las sugerencias puntuales, permítanme tratarlas en el próximo artículo.



Notas aclaratorias
(1)  El tema está explicado al detalle en el post Comprar Departamentos en Planos (2)
(2)  Las series familiares de antaño eran una delicia por lo sanas y divertidas.  Mi generación creció con ellas.  Sin embargo, un atento observador podrá notar en el acto toda la ideología que algunas exportaban, en especial a América Latina.  Fíjense, si no,  en el primer y el segundo capítulo de la serie "Hechizada".  La exaltación del modus vivendi norteamericano salta a la vista





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