viernes, 2 de diciembre de 2016

ÁREAS COMUNES DE UN EDIFICIO (2)



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Hoy continuaremos hablando sobre las controvertidas Áreas Comunes. Y digo controvertidas, porque en estricta justicia podemos categorizarlas en grupos: Las necesarias, las opcionales, las exquisitas y - en último término - ubico a las peligrosas, que deberíamos desaparecer del mapa porque más luego es tarde. En mi post anterior nos ocupamos de las primeras. Ahora vamos a referirnos al segundo grupo. ¡Mucho me temo que seguiré enfureciendo a más de uno! Pero en este blog al pan, pan; y al vino, vino.

Ahora bien, ¿por qué digo que existen Áreas Comunes opcionales? Simple: Porque no son necesarias, pero no tendría nada de malo implementarlas y bien llevadas pueden ser muy útiles a los residentes del edificio. ¿Cuáles son? Paso a enumerarlas según mi leal saber y entender.

1. Zona de parrillas: ¡Solo de pensar en el aroma de un buen pollo al carbón ya se me hace agua la boca!  Si el condominio es amplio y formado por dos o más torres, tranquilamente pueden instalarse incluso varios asadores. ¿Recuerdan el ejemplo que di en el post Flats y duplex con terraza?  Lo traigo aquí, pero con un modelo más grande:




Eso sí: Las parrillas habría que ubicarlas donde el humo no pueda llegar a los departamentos. No dudo que el aroma del anticucho con ají nos hará subir al séptimo cielo, pero no va a ser agradable que se impregne en las cortinas o en los estores de los dormitorios.(1) Para edificios de zonificación RDB y RDM casi siempre se prevé su ubicación en la azotea común y no veo problema en que así se haga. Este es el modelo previsto para el edificio Ala Moana, en el Malecón Costa Sur de Chorrillos. Como únicamente habrá diez departamentos, el diseño se acopla maravillosamente para el buen uso de los residentes:




Como ven, señores Constructores, la terraza común es la que alberga la zona de parrillas.  Yo agregaría una buena chimenea para que el humo no incomode a nadie.  ¿El mobiliario? No es caro, como ustedes pueden apreciar y vale la pena ofrecerlo como plus de uso común. ¡Hay que ver las maravillas que hoy se puede hacer con los palets, es decir con las cajas en las que se guardan naranjas y manzanas para ser descargadas en el Mercado de Frutas!  Un pulidita, una buena barnizada y tenemos una mesa de centro minimalista y muy decorativa.  El piso parece ser de cerámico y la reja protectora que opera de parapeto me parece estupendamente segura.  ¿Su conservación y limpieza? Un manguerazo y sanseacabó.  Espero que se haya contemplado la colocación de caños de jardín para estos efectos.  Por cierto que un detalle decorativo en la pared como el que abajo presento nunca está de más:




Este modelo que propongo serviría incluso para montar un Nacimiento al aire libre y un arbolito de Navidad. Palabra que sí.

2. Sala de Ajedrez y Lectura:  Habitualmente tenemos la llamada "Sala de Adultos", pero estoy proponiendo un cambio. Me parece interesante un ambiente donde -a vista de todos gracias a una mampara de vidrio- la gente pueda solazarse en un ambiente tranquilo y relajante. El mismo edificio Concepto Atlantis da la idea de implementar mesas para juego de ajedrez, pero ustedes mismos verán que acusa un defecto:




No voy a detenerme hoy en analizar la inconveniencia del billar, si bien les adelanto que más de una venta se me cayó por causa de Áreas Comunes con este tipo de diversión.  El asunto es que el ajedrez requiere concentración y silencio, mientras que el billar se presta para la reunión de grupo.  Creo un error un mismo ambiente para juegos tan dispares. Por otro lado y para disfrute del mayor número posible de residentes del edificio, ¿por qué mejor no instalar las mesas hacia la pared, con poyos y sillas para asientos?  Sería más útil y dejaría espacio para otros juegos de salón en que Padres e Hijos pudieran participar juntos. En estos convulsionados tiempos de ruido e inseguridad se necesita un poco de silencio para compartir actividades con parientes y familiares.  El ajedrez es una excelente alternativa que reúne todos los requerimientos para una distracción sana, relajante y no bulliciosa.

Y nada cuesta agregar unos modulares para que los residentes puedan sentarse a leer los diarios del día y/o un buen libro. ¿Se imaginan que el condominio provea al menos de una pequeña biblioteca de literatura sana y apta para todos los públicos?




No me negarán que algo así (2) es lo que necesitan muchos adultos que, estresados, no saben donde encontrar un poco de tranquilidad y silencio, luego de un agotador día de trabajo y del chirriante sonido callejero de las horas punta.


3. Piscina:  Como ustedes saben, a las piscinas de los condominios les profeso un santo horror. ¡Todavía está en mi memoria esas dos criaturitas solas y sin ningún adulto a su lado, que trataban de recoger la pelota que flotaba en medio del agua, y como por poco y mato a la nana irresponsable! (3)  Con todo y dado que hasta hoy no he sabido de accidentes fatales con los niños, de repente mi temor ha sido exagerado.  Si se instalan en un lugar donde definitivamente los hijos menores entran sí o sí con un adulto, nada tengo que objetar, aunque recomiendo vivamente que su fondo ni por broma sea el reglamentario para nadadores. Asimismo, hay que tomar en cuenta su ubicación y prever baño para damas y varones y vestidores exclusivos para este ambiente, ya que se trata de un solaz privado y no de perturbar la paz y menos de alentar roces y faltas de respeto.  El modelo de abajo, por ejemplo, me parece precioso, pero es altamente inconveniente por estar en vista directa desde todos los departamentos:




No hay que olvidar se trata de un condominio y no de una playa pública, y que nunca faltarán quienes pretendan ganarse con el espectáculo.  Por tanto, ¿dónde ubicar la piscina? Lo más lejos posible del área habitable. ¿Techada? Sería lo mejor para evitar que el polvo y la lluvia hagan de las suyas. Y destinar una para niños y otra para adultos sería lo ideal:




Cabe recordar que es preciso tener cuidado con las denominaciones, ya que a veces se anuncian "piscinas" que  luego más parecen piletas decorativas que otra cosa, lo cual lleva que al momento de ver la edificación ya terminada, los Compradores sientan haber sido sorprendidos. Todo esto habría que tomarlo en cuenta, no sea que en menos de un año tengamos un pozo de agua hedionda o simplemente vacío y lleno de tierra y moho.

En líneas generales, las Áreas Comunes para un edificio - en especial si son opcionales- han de evaluarse tomando en cuenta su funcionalidad, disponibilidad y costo mensual para los residentes. Por eso, en función del segmento y del número de departamentos que tendrá el proyecto, habría que preguntarse: ¿Realmente servirán para el disfrute de todos los vecinos del condominio ? ¿Se contará con personal especializado para su limpieza y cuidado? ¿No encarecerán en exceso el costo para la conservación de estos ambientes en general y la fachada en particular?  Creo que hay que ser muy previsores en esto, pues aun en los edificios ubicados en el segmento A se aprecia una gran morosidad cuando las cuotas mensuales de mantenimiento exceden los S/ 500.00. Y no es dable entregar unas Áreas Comunes para que a los pocos meses el edificio entero se esté cayendo a pedazos.  Si ustedes, amables lectores, se dan una vueltecita por Surco, Miraflores y San Isidro, verán que no son pocas las construcciones relativamente nuevos que ya ostentan un descuido en su fachada e incluso el servicio de portería no se da las 24 horas del día. Y es una pena, porque hay predios que son una belleza, pero su desaliño es tal que dan ganas de salir corriendo. No quiero ni pensar cómo serán las relaciones interpersonales entre los vecinos.

Confío, señores Constructores, que al menos lo pensarán.



Notas aclaratorias:
(1) Es lo que suele suceder en mi dormitorio cuando el vecino del noveno piso hace parrillada en su balcón.
(2) La foto es el Hotel Naturaleza, en La Coruña.
(3) El hecho lo cuento al detalle en el post ¡Silencio!¡Genios trabajando!



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